y exdirectora de la Biblioteca Nacional de España, Rosa Regás, a los niños con deficiencias. Monstruos.
Y ese engendro, que supongo que no se ha mirado en un espejo en años, ¿se cree alguien para llamar monstruo a un niño? ¿Se cree que es mejor que alguien con algún tipo de minusvalía? O, mejor dicho, ¿quién c... se cree que es esta "señora", por llamarla algo? ¿Acaso alguien la ha nombrado poseedora de la vara de medir quienes tienen derecho a vivir porque entran en sus cánones y quienes son monstruos, basura que no hay ni que dejar nacer?
- Un conferenciante, un músico, una piloto...
- La galería de 'monstruos' de Rosa Regás
- Si los tuviera delante, quizá la ganadora del Planeta en 2001 se mordería la lengua antes de definirlos como “monstruos”, porque no lo son.
Escuchó al ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, anunciar que España dejaría de considerar la discapacidad como un eximente para el aborto y la escritora Rosa Regás recordó un episodio traumático en su vida.
Durante su tercer embarazo, y con Francia sumida en la polémica de la
talidomida -un fármaco que produce malformaciones en el feto-, la
escritora sintió pánico porque ella misma había consumido un medicamento
recetado por su doctor que contenía esa peligrosa sustancia.
Tirando de RAE
“Me quedaba más o menos un mes y medio para el parto así que no había
forma de pensar en un aborto que por otra parte no habría sabido por
dónde moverme (…) menos aún se me había ocurrido pensar en él [el
aborto] como uno de los ineludibles derechos que debía conseguir la
mujer”. Aunque la llegada de su hijo - “una preciosidad, con unos ojos
azules que todavía hoy me enternecen cuando los miro y un cuerpo de 4
kilos 250 gr”- le hizo olvidar la angustia vivida durante el embarazo,
ese episodio fue suficiente para que Regás considere que los 'monstruos' - “ser que tiene alguna anormalidad muy notable y fea”, tal como recuerda Regás citando a la RAE- no merecen el derecho a la vida.
“Que sea el señor Ruiz Gallardón el que tenga que decidir si una mujer ha de dar a luz un monstruo
todavía me parece más aberrante”. “Señor Ministro, ¿no le parece que
antes de dar vida a los monstruos debería ocuparse de que no se
resquebrajara la dignidad de los vivos, y defender para ellos trabajo,
vivienda, educación y sanidad?”.
La pregunta es: ¿sería capaz la Regás de decir a la cara de 'monstruos' como el conferenciante Nick Vujicic, el deportista Kyle Maynard, la piloto Jessica Cox o el pianista Nobuyuki Tsujii que
ellos, por su discapacidad, tienen menos derecho a la vida que
cualquier ser humano con dos brazos y dos piernas? Seguro que no, si
conociera sus historias vitales. Aquí van.
Sin excusas
Nick Vujicic, nacido en Australia en 1982 sin brazos
ni piernas, es graduado universtario y una de las pocas personas que
puede presumir de haber conmovido a cientos de miles de personas a lo
largo y ancho del planeta en todas y cada una de las conferencias que
pronuncia para hablar de superación, de alegría y de obstáculos que se
salvan con fuerza de voluntad. “Estoy en el suelo y no tengo brazos ni
piernas. Debería serme imposible ponerme en pie. Pero no lo es”, explica Nick ante una pasmada audiencia. Y se pone en pie, una y mil veces.
Kyle Maynard (Estados Unidos), nació en 1986 con un
trastorno genético poco común llamado amputación congénita. No tiene ni
codos ni rodillas, pero compitió en el Campeonato de Lucha de la Escuela
Superior de Georgia de 2004. Se graduó en el instituto con un récord de
lucha de 35 victorias, 16 derrotas y un 3.7 Fue galardonado en 2004 con
el premio ESPY como el "mejor atleta con discapacidad".
Trabaja como conferenciante para la Washington Speaker's Bureau y es
autor de la memoria Sin excusas: La impresionante historia de cómo un
amputado congénito ha llegado a ser un deportista y un campeón en la
vida. “No hay excusas para no luchar por lo que uno quiere”.
Jessica Cox es cinturón negro de taekwondo, conduce, escribe a máquina y en ordenador, fue bailarina de ballet, se maquilla, se peina... y todo sin brazos. Nacida con una discapacidad -'monstruo' en lenguaje Regás- Cox consiguió hace cuatro años otro de sus sueños: pilotar un avión. Sacarse la licencia le llevó tres años, en lugar de los seis meses habituales, pero con tesón consiguió ponerse un día a los mandos de un Ercoupe 415C de 1945 y pilotarlo con sus pies. Poco después viajó al Vaticano para entregar al papa el diploma que le acredita como piloto oficial.
Nobuyuki Tsujii tiene 24 años, es ciego y nació con síndrome de Down, pero es uno de los pianistas jóvenes más virtuosos. A los diez años ganó el certamen 'All Japan Music of Blind Students' que concede la asociación Helen Keller. También debutó con la Century Orchestra de Osaka y dio su primer recital de piano en solitario a los doce años. Estados Unidos, Francia y Rusia son solo algunos de los lugares que ha recorrido para llevar su arte a los demás.
Abby y Brittany Hensel son dos siamesas. Nacieron compartiendo casi la mayor parte del cuerpo pero tienen dos cabezas, dos cerebros, dos personalidades y dos mentes que desean, quieren, lloran, ríen, se divierten. Juntas han aprendido a conducir, a peinarse a comer... Han ido al colegio, han estudiado y han hecho una vida -por increíble que pueda parecer- normal. Aunque la separación de las hermanas sería muy difícil -solo tienen dos brazos y dos piernas- quizá fuera médicamente posible algún día pero ellas, condenadas a estar siempre juntas, aseguran estar bien así. “Nunca hemos deseado separarnos. No podríamos hacer todo lo que ahora hacemos”.
Tanto ellas como Nick, Nobuyuki, Jessica y Kyle viven vidas felices con momentos de grandes alegrías y periodos de enormes tristezas. Muy, muy similar a la vida de cualquier ser humano... con dos brazos y dos piernas.
Las narraciones de la creación del hombre y la mujer que aparecen en el Génesis (Génesis 1:26-31; 2:4-25) nos dicen lo siguiente: "Y creó Dios al hombre a su imagen. A imagen de Dios lo creó. Macho y hembra los creó." (Génesis 1:27). La palabra "crear" se utiliza aquí tres veces enfatizando un momento culminante dentro del proceso de Dios, haciendo al mundo y todo lo que éste contiene. Al hombre y a la mujer se les concede "dominio" sobre todo lo demás en el mundo visible.
Ni siquiera el pecado original quita de los seres humanos la imagen de Dios. Santiago se refiere a esta imagen, diciendo que debido a ella ni siquiera deberíamos hablar mal los unos de los otros. "Con ella (la lengua) bendecimos a Dios Padre, y con ella maldecimos a los hombres hechos a imagen de Dios...Hermanos, no puede ser así." (Santiago 3:9-11).
¡La imagen de Dios! ¡Esto es lo que significa ser un ser humano! No somos unas simples células que han sido unidas al azar por unas fuerzas impersonales, ajenas a nosotros. Más bien, reflejamos auténticamente a un Dios eterno que nos conocía antes de que fuésemos hechos, y que nos llamó a la existencia.
En los Salmos "¿quién es el hombre para que te acuerdes de él, el hijo de Adán para que de él cuides?...coronándolo de gloria y grandeza; le entregaste la obra de tus manos" (Salmo 8:5-7). Es ahí en donde está la clave. Dios no sólo nos hizo, sino que nos valora. La Biblia nos habla de un Dios que está locamente enamorado de nosotros, hasta el punto de que se convirtió en uno de nosotros e incluso murió por nosotros, mientras que nosotros le seguíamos ofendiendo (ver Romanos 5:6-8). Frente a esto, ¿podemos decir que los seres humanos son desechables, como un carro, que son más los problemas que causa que lo que vale? "Dios no hace basura."
Quien cree en la Biblia, tiene que creer que la vida humana es sagrada.
2
Dios ordenó a nuestros primeros padres: "Sean fecundos y multiplíquense" (Génesis 1: 28). ¿Por qué? Dios mismo es fecundo. El amor siempre desemboca en la vida. Cuando la primera madre trajo al mundo al primer niño, exclamó: "Gracias a Yahveh he podido tener un hijo" (Génesis 4:1). La ayuda del Señor es esencial, ya que El tiene dominio sobre la vida humana y el origen de ésta. Los padres cooperan con Dios en traer una nueva vida al mundo. Debido a que todo este proceso está bajo el dominio de Dios, es un pecado interrumpirlo.
El profeta Amós condena a los amonitas, "Porque ellos al extender sus dominios abrieron el vientre de las mujeres encintas de Galaad" (Amós 1:13). "Son los hijos regalo del Señor, es el fruto del vientre premio suyo" (Salmo 127:3).
3) el niño en el vientre es un niño verdaderamente humano, quien tiene incluso una relación con el Señor.
La frase "quedó embarazada y dio a luz" es utilizada en repetidas ocasiones (ver Génesis 4:1,17), y el individuo tiene la misma identidad tanto antes como después del nacimiento. "Pecador desde el seno de mi madre" expresa el salmista arrepentido en Salmo 51:7. La misma palabra es utilizada para el niño antes y después de nacido (Brephos, es decir, "niño," es utilizada en Lucas 1:41 y en Lucas 18:15).
Dios conoce al niño no nacido. "Me tejiste en el seno de mi madre...mis huesos no escapaban a tu vista cuando yo era formado en el secreto" (Salmo 139:13,15). Dios, además, ayuda y llama al ni o no nacido. "Me entregaron a Ti apenas nacido, Tú eres mi Dios desde el seno materno" (Salmo 22:11). "Hasta que me llamó por su mucho amor el que me había elegido desde el seno de mi madre" (Gálatas 1:15).
4) La Escritura en repetidas ocasiones condena la matanza de los inocentes.
Esto fluye de todo lo que, hasta el momento, se ha visto. El dedo mismo de Dios escribe sobre piedra el mandamiento "No matarás" (Exodo 20:13; Deuteronomio 5:17) y Cristo lo reafirma (Mateo 19:18 -notar que El primero menciona este mandamiento). El Libro del Apocalipsis afirma que los asesinos no pueden entrar en el Reino de los Cielos (Apocalipsis 22: 15).
La matanza de niños es condenada por Dios de manera particular a través de los profetas. En la tierra que Dios dió a ocupar a su pueblo, las naciones extranjeras tenían la costumbre de sacrificar en el fuego a algunos de sus niños. Dios dice a Su pueblo que ellos no deben tomar parte en este pecado. Sin embargo, sí lo hicieron, según lo narra el Salmo 106: "Sino que se mezclaron con ellos y los imitaron...Sacrificaron a sus hijos e hijas a los demonios. Derramaron sangre inocente, la sangre de sus hijos e hijas, que sacrificaron a los ídolos de Canaán; la tierra quedó manchada de sangre" (Salmo 106:35, 37-38).
De hecho, este pecado de sacrificio de ni os es mencionado como una de las principales razones por las cuales el Reino de Israel fue destruido por los asirios, y su gente llevada al exilio. "Sacrificaron a sus hijos e hijas por el fuego...entonces Yahveh se enojó muchísimo y los arrojó lejos de su presencia" (2 Reyes 17:17-18).
Dios es un Dios de justicia.
Un acto de justicia es uno de intervención a favor de los indefensos, un acto de defensa para aquellos que son demasiado débiles para defenderse a sí mismos. Al predecir al Mesías, el Salmo 72 dice: "Florecerá en sus días la justicia...pues librará al mendigo que reclame y al pobre que no tiene quién lo ayude" (Salmo 72:7,12). Jesucristo es nuestra justicia (1 Corintios 1:30) porque El nos rescató del pecado y de la muerte cuando no teníamos a nadie que nos ayudara (ver Romanos 5:6; Efesios 2:45).
Si Dios hace justicia por Su pueblo, espera que éstos hagan justicia los unos por los ostros. "Sean compasivos, como es compasivo el Padre de ustedes" (Lucas 6:36). "Vete tú y haz lo mismo" (Lucas 10:37). "Entonces, todo lo que ustedes desearían de los demás, háganlo con ellos" (Mateo 7:12). "Que se amen los unos a los ostros" (Juan 15:17).
El aborto es totalmente contrario a estas enseñanzas. Es la justicia trastornada, invertida, puesta al revés. Es la destrucción de los indefensos en lugar de ser su rescate. Si el pueblo de Dios no interviene para salvar aquellos cuyas vidas están siendo atacadas, no están ni agradando ni adorándolo a El.
Dios, a través de Isaías dice: "¿Por qué vienen a profanar mi templo? Déjense de traerme ofrendas inútiles...¡Ya no soporto más sacrificios y fiestas!...Cuando rezan con las manos extendidas, aparto mis ojos para no verlos; aunque multipliquen sus plegarias, no las escucho, porque hay sangre en sus manos. ¡Lávense y purifíquense!...aprendan a hacer el bien. Busquen la justicia, den sus derechos al oprimido, hagan justicia al huérfano y defiendan a la viuda" (Isaías 1:12-17).
En verdad, aquellos que dicen adorar a Dios, y apoyan el aborto, están cayendo en la misma contradicción que condena el profeta y necesitan escuchar el mismo mensaje.
Jesucristo prestó una especial atención a los pobres, a los despreciados, y a aquellos a quienes la sociedad consideraba insignificantes.
Vemos que acoge a los niños, a pesar de los esfuerzos de los apóstoles por mantenerlos alejados (Mateo 19:13-15); a los cobradores de impuestos y a los pecadores, a pesar de las objeciones de los Escribas (Marcos 2:16); a los ciegos, a pesar de las advertencias de la multitud (Mateo 20:29-34); a una
mujer extranjera, a pesar de la absoluta sorpresa de los discípulos y de la mujer misma (Juan 4:9,27); a los Gentiles, a pesar del enfado de los judíos (Mateo 21:41-46); a los leprosos, a pesar del aislamiento de éstos del resto de la sociedad (Lucas 17:11-19).
Cuando se trata de la dignidad humana, Cristo borra toda distinción. San Pablo declara: "Ya no hay diferencia entre quién es judío y quién es griego, entre quién es esclavo y quién es hombre libre; no se hace diferencia entre hombre y mujer. Pues todos ustedes son uno sólo en Cristo Jesús" (Gálatas 3:28).
De ese mismo modo, nosotros podemos decir: "No hay ni nacido ni no nacido." El usar esta distinción como base para la valoración de la vida y de la protección que uno merece, no tiene sentido y constituye una ofensa para todo lo que la Escritura enseña. El niño no nacido es el grupo más rechazado y discriminado de nuestra sociedad. Cristo mismo de seguro ha de tener un amor especial hacia ellos.
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